Cruce del Atlántico

Es el sueño de todo aficionado a la vela de crucero. AHORA PUEDES https://bluewaterteam.es/cruce-atlantico-nuevo-catamaran-lagoon-43-noviembre-diciembre-2025/ ¿Quién no ha soñado en las largas tardes en los pantalanes en cruzar el atlántico?, soltar amarras y dejarse llevar por el viento. Únicamente estas tu y el mar, tus habilidades y sus obstáculos, tu pericia y los elementos.

Hay muchas dudas que nos embargan antes de poder abordar esta aventura, El barco apropiado, el tiempo del que debemos disponer, hace falta tener barco propio o no, cuanto nos costaría……..¿? etc. Todos los que hemos cruzado, hemos tenido y sentido esos miedos, inquietudes y preocupaciones.

Una mañana de noviembre, el viento de componente norte sopla suave, ese viento que limpia el aire y deja ese intenso color azul del cielo, el velero atracado en pantalán e inundado por ese aroma a café que anuncia el despertar de la tripulación. Yo estaba en popa saboreando mi taza de café, cuando vi aparecer por detrás del espigón un velero de dos palos, entra en el puerto deportivo y se dirige al pantalán del combustible.  Rápidamente me abrigo y salgo para ver ese barco, velero de 18 metros de corte clásico, casco de fibra simulando un tingladillo y cubierta en madera, bauprés en madera con su delfinera, y sus estays para las distintas velas de proa. Los ventiladores de cubierta brillando exponiendo la calidad de su niquelado, y los bronces de las cornamusas y herrajes perfectamente bruñidos. La cabuyería de maniobra de las velas perfectamente adujadas, cubierta ordenada, y velas en situación de ser desplegadas, el blanco nuclear de las mismas denotaban las pocas temporadas que habían estado envergadas en los mástiles.

Una pareja de no mas de treinta años corrían por cubierta, alineando defensas y asegurando los cabos de amarre, el marinero dispuesto en el atraque para auxiliar la maniobra. En las bandas perfectamente alineados y estibados bidones de combustible. Mientras la chica seguía atareada por cubierta, el chico bajó del barco y comenzó a repostar gasoil, yo no me pude aguantar y con mi ingles chapucero, y después de algunas preguntas obvias, les pregunté que donde se dirigían, la contestación fue rápida y lo entendí perfectamente, al Caribe, lo siguiente fue que cuando partían y su respuesta fue contundente .-Just now.- No entiendo el porqué, pero esta respuesta me dejo impactado, estaba asistiendo a la preparación de un velero justo antes de la partida para su cruce atlántico, para la consecución de su sueño.

Ese fue el principio de la materialización de nuestro propio sueño, pensé…, .- ¿Por qué ellos sí y yo no?.- El sueño era posible, estaba siendo participe fortuito de la consecución de uno de ellos, ¿Por qué no podría ser yo el próximo que se despidiera de alguien en un puerto justo antes de mi travesía atlántica?. El sueño se materializó 12 años después cuando partimos hacia lo desconocido, hacia una aventura que para nosotros era el sueño de nuestra vida, un reto impensable de realizar pero que como nos demostramos a nosotros mismo, era realizable Cruzar el atlántico a vela en nuestro propio velero”.

“Un sueño no se hace realidad por medio de magia; se necesita sudor, determinación y trabajo duro”.

(Colin Powell)

Velero Tuvalu, la aventura de vivir el mar